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Culto al vino en Burdeos

Saborear el vino con todos los sentidos en la Cité du Vin

Cite du vin

Ver, oír, oler, saborear, experimentar. En la Cité du Vin podrá hacer uso de todos los sentidos. Aquí se puede disfrutar del vino como en casi ningún otro lugar del mundo. Un viaje a Francia, el país del vino, a la ciudad del vino.

Punto de atracción en el puerto

La Cité du Vin se refugia en la ribera del Garona como un gigantesco decantador relleno de vino. La silueta dorada del enorme museo del vino brilla en el barrio portuario de Burdeos desde mayo del 2016 y cautiva a visitantes de todo el mundo. Los visitantes vienen de Gran Bretaña, EE.UU., España, Suiza, Rusia, China y naturalmente de Francia.

Escuchar historias

En una gran exposición multimedial en el interior, los visitantes escuchan las historias de los enólogos, los sumilleres y de los expertos vinícolas de este mundo. Personas, cuyas vidas están marcadas por el vino desde hace generaciones, cuentan en cortometrajes historias sobre el Chardonnay, el Riesling, el Syrah y sobre las clases de uva, que se utilizan sobre todo para el famoso Burdeos, como Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc. Estos expertos explican cómo el vino va a parar desde la viña a la botella, qué adversidades deben superar hasta llegar allí y lo maravilloso que es el momento de la cata - una experiencia siempre nueva.

Geruchssinn schärfen

Agudizar el sentido del olfato

Cítricos, cedro, canela, miel, cuero. Los visitantes experimentan los aromas del vino de manera lúdica. Objetos e ingredientes esperan estimular su olfato bajo unas campanas de vidrio, a través de un orificio. Antes de la cata, la fragancia permite intuir qué aromas del zumo de uvas se desplegarán en su boca: miel, chocolate, maleza. El olor despierta expectativas. Pero sólo el primer trago revela el verdadero sabor.

Estimular las papilas gustativas 

Los visitantes interesados pueden catar el vino en el Belvédère, el corazón de la Cité du Vin. Los guías dan la bienvenida a los asistentes en un mostrador de roble de diez metros de largo, ofreciéndoles veinte vinos diferentes, diez de ellos siempre originarios de Burdeos. Los guías como Loïc Nibaudeau conocen muy bien las regiones vinícolas y están encantados de transmitir sus conocimientos a los invitados. Él y sus compañeros juegan un papel decisivo para que esta experiencia vinícola sea perfecta. Ellos son los que seleccionan los vinos junto con el sumiller cada una o dos semanas, atemperan las botellas de vino y adornan las copas.

Perfeccionar la experiencia de sabor

Para que los guías puedan ofrecer a sus invitados una cata de vinos perfecta, además de unos vinos de alta calidad, también necesitan copas de alta calidad. ¡Y éstas deben ser tratadas de forma cuidadosa! Ya que su brillo y durabilidad dependen de forma decisiva de una tecnología de lavado correcta. Cuatro lavavajillas de la serie M-iClean U de MEIKO proporcionan unas copas con brillo y sin olores en el Belvédère. El especialista alemán en lavavajillas ha equipado a cada lavavasos con un módulo de ósmosis inversa. Este extrae del agua de lavado casi todos los minerales, eliminando así por completo los bordes sucios, las manchas o las rayas.

En algunos días llegan a la Cité du Vin hasta 1.200 visitantes. Pero nadie espera durante mucho tiempo a su copa de vino. Los guías y los lavavasos trabajan juntos para que esto sea así. El ciclo de lavado habitual del compacto lavavasos M-iClean U dura 210 segundos. La mayoría del vapor permanece en la máquina gracias a la recuperación del calor integrada. Tanto los guías como los visitantes saben apreciar esta característica. Además, la escasa humedad del aire protege el elegante mostrador de roble. Secas en muy poco tiempo, las copas pueden volver ser utilizadas rápidamente. Muy brillantes y sin olores.

Si se le pregunta a Loïc Nibaudeau lo que más le gusta del trabajo con el lavavasos M-iClean U, entonces contesta con una sonrisa: «Me gusta trabajar con esta máquina, porque es muy fácil de manejar. Sólo necesito dos teclas para ponerla en marcha, seleccionar un ciclo de lavado o para pararla. ¡Realmente fácil!» Ya está cogiendo la siguiente copa, sirviendo un Burdeos y haciendo feliz al próximo cliente. No existe otro lugar en el mundo, en el que se pueda experimentar el vino con todos los sentidos, de forma tan directa y auténtica, como aquí.